domingo, 15 de septiembre de 2013

DORAMA



A ti, que te ocultaste en aquel lugar bello y mágico
en donde yo jamás podré alcanzarte… N.D.S.E...

Y traté de olvidarte,
trate de olvidar tu rostro de mariposa enamorada
traté de dejarte ir como una hoja fugitiva,
caprichosa, cansada, 
mi corazón, ¡mi terco corazón!,...
quería escribir con un clavo grueso tu nombre sobre una ventana
porque todo lo que se de ti,
porque todo lo que soy,
lo aprisioné junto con la indiferencia del viento,
y es solo por eso que antes de ver morir esta bellísima tarde,
me quedo en silencio para que solo tú me dictes tus palabras,
para que me enseñes la mejor fórmula de llenar el mar de tristezas,
para que no pueda alcanzarme la soledad,
para borrar todos tus besos bien tatuados sobre mi espalda,
mi niña de pequeñas estaciones,
porque me enseñaste que uno puede besar mejor con la mirada,
porque no dejaste que mis horas
almenos se enamoraran locamente de tu imagen o de una estatua,
dime porque,
porque ya no puedo sumergirme bajo tus grandes ojos
acaso sabías que todo tu amor habita en el asfalto de mi casa,
mi princesa,
supuse que vendrías,
por eso aprisioné tu último te quiero en mis bolsillos
por eso guardé esta nube abierta que hay en mi mirada,
por que quería enseñarte a amar
como hacen el amor locamente las sombras de las plantas,
mi tonta mariposa sin alas,
donde están los apretados: “te quiero”
que dejé tantas veces bajo tu lenta cabellera enamorada,
mi niña, mi niña que nunca aprendió a amar los espejos,
por eso volviste después de tantos meses de silencio
para saber si todavía existías,
como una caricia falsa que vive anclada en el recuerdo,
siempre supe que eras tú,
porque aprendí sin quererlo a saborear lo ingrato de tu fragancia,
-no llores
-¿no lo sabias?,
cada vez que una mujer llora un ángel muere y pierde sus alas,
no digas nada,
sabes que el estruendoso silencio no une, pero tampoco separa,
que las mejores palabras de amor,
se las han dicho dos personas que todavía no se dicen nada,
tengo que irme, no oyes como el viento me reclama,
nunca pudiste abrazar mejor ese hilo blanco que ahora aprisiona nuestras miradas,
nunca pudiste decir un mejor adiós
ahora que mis demonios salen bien vestidos a bailar con todas las metáforas,
no tengas miedo,
estoy dibujándote mis palabras para que siempre seas hermosa,
para que cuando despiertes no creas que todo ha sido un sueño,
para que la eternidad te envidie,
y para que mi última rosa azul se tiña de ti,
se impregne de ti,
porque en setiembre es un hermoso día para abrir los ojos
y porque solo ahora dejo deslizar tibiamente mi verdadero nombre
y mis últimas lagrimas azules sobre tu garganta...

Juan Carlos...